Uno de los mecanismos más hermosos que tiene la naturaleza para perpetuarse es la polinización: la danza entre insectos, aves y hasta mamíferos con la eclosión de las plantas. Una relación naturalmente erótica, seducción de los sentidos (colores, aromas, formas y hasta hormonas, una química sutil del amor en el jardín): la planta se desarrolla, con toda su microcósmica magnificiencia, para estimular a su polinizador, quien transporta granos de polen a cambio de libar el néctar (la miel femenina que ofrece la naturaleza)
Buceando en la red he encontrado este precioso vídeo. Quiero compartirlo porque es algo que en estos dias de primavera podemos observar si estamos un poco. Mas información
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